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Cómo manejar tus emociones: herramientas prácticas

Cómo manejar tus emociones: herramientas prácticas

Con estrategias como usar música, cambiar de entorno, distraerse temporalmente y hablar en tercera persona, podemos gestionar las emociones de manera constructiva.

En un mundo donde las emociones a menudo nos abruman, aprender a gestionarlas de manera efectiva es clave para mantener el equilibrio mental y emocional. Ethan Kross, psicólogo de la Universidad de Michigan y director del Laboratorio de Emociones y Autocontrol, ha dedicado su carrera a estudiar cómo las personas pueden manejar sus emociones de manera constructiva. En su libro "Shift: How to Manage Your Emotions So They Don't Manage You", Kross ofrece herramientas prácticas para navegar por los altibajos emocionales de la vida.

El error de clasificar las emociones como "buenas" o "malas"

Uno de los conceptos erróneos más comunes, según Kross, es la idea de que existen emociones "buenas" y "malas". En realidad, todas las emociones tienen un propósito. La ira puede motivarnos a corregir injusticias, la tristeza nos lleva a la introspección, y la envidia puede impulsarnos a alcanzar metas. El problema no son las emociones en sí, sino cómo las gestionamos.

Kross compara las emociones negativas con el dolor físico: aunque el dolor es desagradable, es esencial para nuestra supervivencia. Las personas que no pueden sentir dolor físico a menudo se lastiman sin darse cuenta. Del mismo modo, las emociones "negativas" nos alertan sobre problemas que necesitan atención.

Herramientas para manejar las emociones

Kross propone varias estrategias prácticas para gestionar las emociones de manera efectiva:

  1. La música como regulador emocional
     Escuchar música es una herramienta infrautilizada para manejar las emociones. Aunque muchas personas disfrutan de la música por placer, pocas la usan conscientemente para calmarse en momentos de estrés, ansiedad o tristeza. Kross sugiere ser más estratégicos al elegir música que nos ayude a cambiar nuestro estado de ánimo.
  2. Cambio de entorno
     Nuestro entorno puede tener un impacto profundo en nuestras emociones. Kross recomienda identificar "oasis emocionales", lugares que nos brindan calma y asociaciones positivas. Estos pueden ser un parque cercano, una cafetería favorita o incluso una habitación en casa decorada con plantas y fotos de seres queridos. Estos espacios actúan como "casas seguras" emocionales, donde podemos recuperarnos del estrés cotidiano.
  3. Distracción y evitación temporal
     Aunque la evitación crónica es perjudicial, distraerse temporalmente de un problema puede ser beneficioso. Kross explica que tomarse un descanso mental permite regresar al problema con una perspectiva más clara y menos intensidad emocional. Por ejemplo, sumergirse en una actividad completamente diferente durante un día puede ayudar a ver el problema desde un ángulo distinto.
  4. Comparación social constructiva
     La comparación social es inevitable, pero no tiene que ser negativa. En lugar de sentirnos mal al compararnos con otros, podemos usar esas comparaciones como motivación. Por ejemplo, si alguien logra algo que admiramos, podemos verlo como una meta alcanzable en lugar de una fuente de frustración.
  5. Diálogo interno distante
     Hablarse a uno mismo en tercera persona (por ejemplo, "¿Por qué estás tan preocupado, Juan?") puede ayudar a ganar perspectiva emocional. Esta técnica, conocida como "diálogo interno distante", permite abordar los problemas como si estuviéramos aconsejando a un amigo, lo que reduce la intensidad emocional.
  6. Viajes mentales en el tiempo
     Preguntarse cómo nos sentiremos sobre una situación en el futuro (dentro de un día, un mes o un año) puede ayudar a reducir su impacto emocional en el presente. Kross también sugiere recordar momentos difíciles del pasado y cómo los superamos, lo que puede brindar una sensación de resiliencia.

La importancia de ser deliberados

Kross enfatiza que la clave para manejar las emociones de manera efectiva es ser deliberados en el uso de estas herramientas. En lugar de dejar que las emociones nos controlen, podemos tomar el control activamente. Esto no significa eliminar las emociones negativas, sino aprender a navegarlas de manera constructiva.

Conclusión

Las emociones son una parte inevitable de la vida, pero no tienen que dominarnos. Con las herramientas adecuadas, podemos transformar nuestras respuestas emocionales y encontrar un equilibrio saludable. Como dice Kross, no se trata de evitar las emociones difíciles, sino de aprender a manejarlas de manera que nos permitan crecer y prosperar.

Al incorporar estas estrategias en nuestra vida diaria, podemos crear un entorno emocional más resiliente y positivo, preparándonos mejor para enfrentar los desafíos que la vida nos presenta.

Con estrategias como usar música, cambiar de entorno, distraerse temporalmente y hablar en tercera persona, podemos gestionar las emociones de manera constructiva.

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